La Matanza de Acentejo tiene a la Batalla de Acentejo acontecida en mayo de 1494 como acontecimiento fundacional. Hasta entonces, nuestro territorio formaba parte de un espacio insular conocido como Acentejo, que algunos autores traducen como «resonancia, zumbido, retumbo»  y otros como «lo extirpado o arrancado con fuerza o violentamente», pero es tras la contundente derrota que los guerreros guanches infringen a las tropas castellanas de Alonso Fernández de Lugo, que según algunas estimaciones podían superar el millar de peones o soldados a pie y unos 150 a caballo, que la zona pasa a ser denominada en referencia a tal hecho como La Matanza. Dicha batalla, planteada con afinada estrategia por el mencey Bencomo, supuso un antes y un después en la manera en la que el Adelantado afrontaba la Conquista de Tenerife. La contienda debió contar con un campo de batalla amplio, aunque la tradición popular ubica en el Barranco de Acentejo el epicentro de la misma, concretamente en las inmediaciones de la ermita de San Antonio Abad, edificada por el conquistador y escribano público Antón Vallejo como gesto de gratitud por haber salvado su vida en dicho enfrentamiento.

Tras la conquista Acentejo fue uno de los lugares más intensamente poblados, dedicando parte de sus tierras al cultivo de la vid. Actualmente el paisaje de la costa de La Matanza se ve salpicado por algunas urbanizaciones de chalés que conviven con las bodegas en las que probar el excelente vino de la zona, además de con espacios protegidos como la Costa Acentejo en los que es posible apreciar la fauna, la flora y el efecto de las coladas volcánicas. En medianías destaca el paisaje agrícola de Los Nateros, franqueado por las Montañas de San Antonio, con su espectacular franja de castaños. Hacia la cumbre sobresale un pinar espectacular y rincones como el Mirador de La Vica, auténtico balcón al Norte de Tenerife

Nuestro municipio, con 14,11 km2 de superficie, se sitúan en el nordeste de Tenerife formando parte junto a los municipios de La Victoria, El Sauzal y Tacoronte de la Comarca de Acentejo, y limitando con La Victoria de Acentejo, El Sauzal y Candelaria.  Destaca su vegetación en los acantilados de la costa, donde pueden encontrarse matorrales de tomillo marino (Frankenia ericifolia), lechuga de mar (Astydamia latifolia), leña negra (Rhamnus crenulata) y granadillos (Hypericum canariense) así como tabaibal-cardonal. En la cumbre destaca el fayal-brezal y los pinares de Pinus canariensis y Pinus radiata. Las medianías del municipio están muy alteradas por la mano del hombre.